viernes, 11 de noviembre de 2011

Satisfacciones por desgaste

Suele ocurrir: mientras en ocasiones el desgaste laboral conduce al cansancio, a la deserción, al abandono y a otras consecuencias, salir de un centro deportivo es presumir de los efectos de un desgaste querido, escogido por el bienestar físico y corporal. Acabar reventado, extenuado, con movimientos pausados por ausencia de fuerza es sinónimo de salud. Muchas endorfinas liberadas, hormonas bien trabajadas y sudores varios han sido escogidos. Por tanto, el concepto placentero se asocia a la libertad del tiempo libre, muy opuesto a si lo anterior hubiera que hacerlo por exigencias laborales.
A menudo ves a la gente corriendo que llega con un estrés que pronto desaparecerá; mujeres de todas las edades que vienen con el maquillaje puesto(o a lo mejor, sólo para la ocasión), efebos jóvenes que se someten a reflejos en cualquier objeto que les devuelva su figura mejorada (espejos de sí mismos): cierto castigo corporal es sinónimo de salud. Desgastar a veces recompone. Basta con planificar el horario, estirar el tiempo y liberar los nervios con estrés, velocidad, ritmo y constancia. Hasta que la voluntad nos abandone.