sábado, 23 de agosto de 2008

Primera persona del plural

Hace tiempo que esta persona verbal no se oía casi con tanta unanimidad cuando algunas personas se referían a logros deportivos españoles (de Estado Español, se supone que se entiende). Mientras se vestían o desvestían algunos muy vinculados a creencias nacionales de su nación, tuvieron el desliz de referirse a tantos éxitos olímpicos con el "hemos ganado", "podemos conseguir", "tenemos" (dígase en catalán). Quien lo oía muy de mañana no pudo menos que disimular su mirada para comprobar si lo que veía y oía estaba todo sincronizado en la misma persona. Cierto. Aquellos dos jóvenes repasaban con energía y pasión la marcha olímpica del equipo español. Quién lo iba a decir. Ellos siempre se habían expresado con cuidado separatismo de todo lo que se emparentara con ese país que empieza por E. Pero las cosas empezaron a cambiar cuando la victoria futbolística en la Eurocopa desató la bravuconería más hispana. A ella se unieron insospechadas personas. Quién lo iba a decir.
El deporte parece ser que consigue más éxitos de lo que parece. Si encima uno se pone en forma, rejuvenece, retarda la vejez y abre el apetito mental globalizador: ¡Viva el deporte!

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