sábado, 5 de abril de 2008

Prepararse para....

Cantaba en la ducha mientras se lucía, se tocaba y se atusaba. Era un sábado al final de la tarde. Y presumía de su cuerpo bien entrenado después de pesas, espalderas, máquinas y mucho espejo. Se había mirado más que había mirado. Autoinspección. Poses culturistas. Acercamiento al vidrio para comprobar si hay indicios de la belleza de la arruga. O una peca poco estética. La camiseta negra de tirantes le remarcaba aquello que entraba en el guión. O sea, había cumplido.
Y ahora llegaba el remate. Por eso presumía en la ducha de su bien formado aspecto después de tanto autocastigo. Incluso pregonaba en voz alta proyectos de intimidades para la noche venidera. Estereotipos con mujeres. Cumplir con dichos machistas. Placeres quizá más idealistas que reales. O no. Pero era feliz y se lo merecía. Se lavaba bien intimidades que lucía en público, predecía futuros usos o abusos y se vanagloriaba de éxitos femeninos que llenaban la hoja de servicios del currículum conquistador.
Un tipo feliz en su paraíso del sábado. Pura envidia para quienes no se pueden comparar con el guión establecido. Contradicciones vitales en marcha.

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